lunes, 28 de abril de 2008

No country for old men


Ésta película es para verla en el cine. Lo siento piratas. Sin lugar para débiles de los hermanos Joel y Ethan Coen, sigue explorando esa vieja lectura de errores humanos, mentalidad rural, avaricia y el logro de la victoria por un esfuerzo minúsculo. Los Coen nos llevan a Texas para conocer un sheriff al filo del retiro, sin entender aún la naturaleza de la maldad humana. Mientras tanto un vaquero de Caravana, Llewelyn Moss (Josh Brolin) un tonto con suerte, quien en un paseo por las praderas encuentra el escenario de una masacre de narcos en donde todo falló. Moss busca al último hombre y huele el dinero; dos millones de dólares. Pronto lo encuentra y es aquí es donde empieza su persecución a nivel de pesadilla. Anton Chirbugh interpretado psicóticamente por Javier Bardem es casi la apoteosis del asesino perfecto pero posee una debilidad compasiva; utiliza una moneda para perdonar o matar a sus víctimas. Churbugh busca el dinero ferozmente para defender sus principios y reforzar su espacio como asesino temible. El sentimiento de ver Woody Harrelson en la película fue de alivio... qué bueno está trabajando. Aunque su cameo es corto su actuación deja gran insatisfacción. Yo hubiera querido ver algo más.

"La avaricia es buena" dijo Gordon Gecko en Wall Street. Ciertamente y con esa premisa los Coen maquillan una película brillante y sobria con diálogos audaces y poco humor. El nivel de la tensión en la película es de comentarlo. Cuando no sabemos lo que va pasar, estamos presintiéndolo... de pronto sucede y somos testigos de lo que pasa. La película no nos decepciona al contrario, sorprende. Los Coen saben respetar la inteligencia y no nos van a tomar pelo... por eso, gracias. La tensión que manejan en ambos hoteles. La persecución de Chirbugh que desemboca en el intercambio de escopetazos con Moss, es bestial. Casi queremos que gane Moss pero el título que impone la película es una verdad absoluta, de selva. Los Coen nos ponen de ambos lados (de la presa y del cazador) al explotar nuestro morbo y deseo de ser testigos de tales prácticas. A diferencia de Fargo, en No country... no hay espacio para que la justicia se interponga; se deja a las partes resolver sus conflictos.

En vísperas de final insípido en una existencia puramente testimonial, el personaje de Tommy Lee Jones, (el Sheriff Bell), busca en este último caso una explicación lógica a la maldad humana y muy en el fondo de sí, reafirmar su misión en la vida capturando a Anton o morir para recibir la gloria de sus parientes. Como lobo viejo que es, sabe de los movimientos de Chirbugh y espera enfrentarlo para hacer justicia. Bell sabe que ésta es su última oportunidad. Anton huye y Bell reafirma su frustración, sella su destino y su vida vale, al igual que los perdonados, una moneda.

No country for old men se convertirá en un clásico del cine. Anton Churbugh es el antihéroe que sigue vivo, que cautiva; y que por justicia divina siguirá asesinando con total impunidad y mucho éxito sin que lo alcance la justicia. El Oscar a Bardem conviritó a su personaje inmortal. Para los hermanos Coen las palmas, triunfo rotundo.

1 comentario:

Juan Pablo Dardón dijo...

Muy buen análisis de la película Allan, a mí me encantó! Saludos...