El Old Trafford el gran triunfo del Manchester United a la final de la Champions. El gol de Paul Scholes fue suficiente y punto. La liga premier celebra el triunfo de su hijo predilecto frente al equipo culé que simplemente no tuvo magia, ni sustancia para encontrar la portería de los diablos rojos.
Rikjaard mandó una alineación puntual que por momentos sabía lo que hacía. Messi siempre es factor. Gambeteo por toda la defensa roja, que por momentos se le olvidó cómo defender, como si se les hubiera olvidado cómo orinar... increíble. Pero el argentino no pudo y Eto'o andaba perdido desaprovechó su condición y gran capacidad como definidor; ni siquiera se solidarizó con el equipo.
El primer tiempo tuvo un ritmo trepidante. El Manchester lanzó su gran embestida. Al minuto 14 Paul Scholes se encargó de agarrar el pase a Moscú. En una jugada individual la defensa culé se preocupó más por Tévez, Nani y Ronaldo y creo un gran espacio para que a 30 metros de distancia el pelirrojo la enviara al ángulo superior izquierdo de la portería de Valdés. El Old Trafford brillaba y temblaba de alegría.
El Barça se adueñó del campo en los últimos 10 minutos del primer tiempo. Deco hizo dos disparos que tenían sello de gol, pero la bola nunca besó las redes. El portugués fue el único que mostró hambre de juego y por mucho fue el orquestador. Al inicio del segundo el Barça entró por el pase pero no podía anotar, la defensa del Man. U. estaba puntual. Rikjaard apostó por el hijo bastardo. Thierry Henry, el francés ingresó por Iniesta al minuto 60 abucheado por el "gran teatro", aunque debió iniciar con él. Bojan Krkic entró 5 minutos después. La dupla debió entrar antes, insisto.
En el último cuarto del segundo tiempo, ambos equipos se respetaron y no quisieron saber más. Un Barça resignado y un Manchester más grande que el cielo, talvés sin merecerlo, pero cuando un muerto hace estorbo solo queda pasar encima de él. Tercera final del Manchester en la Champions que se celebra el 21 de mayo en Moscú. El Chelsea y el Liverpool se topan el miércoles en Stanford Bridge. Adiós Barça... aquí termina tu ciclo.
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