viernes, 18 de abril de 2008

Un geniecillo de Beirut



The Flying Cup Club nos reencuentra con la música de marcha de bandas del este de Europa en el pasado, hoy. Asombrosamente es un chico de 21 años nacido en New México, USA y éste es su segundo álbum.

El escenario del álbum remonta a la Francia intelectual literaria de finales del siglo XIX y esto da la pauta de su estilo musical. Para que nos entendamos es algo así como Being for the benefit of Mr. Kite del Sargento Pimienta de los Beatles, solo que desconectado y con orquesta. O, Radiohead no pudo pagar la luz y tuvo que alquilar instrumentos para tocar en el Granada de la zona 1. Claro que eso no va a pasar, pero es una forma para verbalizar la música de Beirut.

Una orquesta y Zach Condon (Beirut) irrumpen como la novedad del indie-pop para convertir esta placa en uno de los discos más importantes de finales del año pasado. The Flying… es un mezcla a mano, que pinta un escenario rural de la ciudad con texturas sepias. Las letras del disco son melancólicas, honestas, actuales y para nada pretensiosas.

Beirut tiene la capacidad de producir escenarios bohemios donde rebotan a gusto los sonidos de violines, percusiones, mandolinas, trompetas, flautas, pianos y xilófonos. Tan actual suena que pudo ser escrito hace 100 o 150 años. La voz de Zach, elegíaca e ininteligible nos hipnotiza y flotando lo seguimos por esas callejuelas que, por accidente, nos pueden llevar al Moulin Rouge.

A Sunday Smile, Nantes y In The Mausoleum son de esos cortes nostálgicos en los que no se puede dejar de arropar esa melancolía deliciosa de un atardecer de domingo por la tarde. Y es que todos sus cortes representan ese encuentro con la celebración innovadora imprescindible e estos días en que el rock y el folk, ya no dan para más y es necesaria una banda creativa y sustancial para transmitir esa celebración de guardar con armonía las penas bien planchadas.

Puede sonar exagerada la descripción pero sin tanta palabrería y en simples conceptos, el disco suena a un escape rumbo a las memorias que no se olvidan y se recuerdan con una sonrisa. Puedes sacar tu sombrero de copa y claro el tarro de cerveza. A brindar se ha dicho. Salú.

1 comentario:

David Delio dijo...

Todavia no me han calado del todo, aunque con este tipo de artistas hay que tomarse su tiempo al igual que como sucede con Cansei de ser sexy.