Y no es que sea alcoholismo, mujeres, drogas, sexo o rock and roll; para nada. Es el maldito vicio del poker. Y es que éste es un juego mental, de enfrentamiento, leer intenciones, buscar las posibilidades de ganar, cuánto apuesto, conocer debilidades. Es un juego tremendo que mantiene todos los sentidos al borde de la explosión y no queda uno saciado si no gana una y otra vez.
Esta adicción es tremenda. Y no es que me ponga en evidencia como adicto confeso que pierde todo su dinero en un juego y deja de pagar las cuotas del alquiler. Para nada, eso sí ya es tener un problema. Estoy a favor de jugarlo ocasionalmente. Siempre había tenido la armonía de jugarlo en línea y gratis porque cuando lo jugaba con mis amigos de la colonia con dinero siempre me iba mal. Aprendí a no apostar. (Y eso que las apuestas más altas eran de Q1).
Al registrarme en el Facebook, recibí una invitación para jugarlo y no he podido dejar de jugar. Está chilero. No lo jugaría con dinero ahora por que no tengo trabajo pero gratis lo hace más digno. Como por amor al deporte.
He visto los mundiales de poker en ESPN y he aprendido a saber cómo jugar. Yo siempre jugaba sin pensar y solo miraba mis cartas olvidándome de todo. Un error fatal. Este juego no es para narcisos.
No he actualizado mi blog porque ha sido prioridad jugar siendo este un juguete nuevo. Como sea los dejo que tengo que ir a jugar. Nos vemos en el Bellagio.
1 comentario:
AMEN HERMANO!! YO SOY UN DIGNO PECADOR DEL POKER TAMBIEN!!!
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