Rock sin vida

Pueden ser los tiempos que provocan apatía. Puede ser el analfabetismo por desuso el que retarde las ideas y conceptos. Puede ser que no queramos hablar de nada por no hacernos "malas amistades". Necesidad de pisto siempre hay; inevitable el no venderse descaradamente. También puede ser que cada uno de nosotros sepa tanto de música que ya no nos importe si se hace bien o si se hace mal. Nos basta con poner a los dinosaurios rockeros y asunto arreglado. De todas formas a la mara le pela. Dale un compás de 3/4 un par de nalgas a ritmo del "atrévete-te". Cama, guaro y sexo... todos ganan. Y así 700 veces 7.

Total... a quién le importa. Si al optar por una posición respetable... el rechazo y el desprecio salen como púas, y luego salís corriendo para abrazar a mami. No hay ventas, no hay respeto... guardate tu música y a estudiar medicina... huevón.

Aquí se hace un rock sin vida, sin algo que decir, sin algo que escupir, sin un solo que arda o grite. Sólo se tocan canciones fotocopiadas al carbón sacadas de un fax. A veces son impresiones láser; igual te los podés pasar por el culo. El rockero no sabe ni qué quiere decir. Con una camisa negra ya lo dijo todo y nada. Ni siquiera usa las drogas para su beneficio sino para cocerse químicamente la cabeza a pura masturbación mental. Joooo-der. Hay un "jueves negro" y ... ¡Chupemos muchá que se acabó esta mierda! Inmutación total. Bombas, balazos y gritos de mujeres violadas hacen mejor música. Y el rock en Guatemala está cansado de no decir ni hacer nada.

¿Quién podrá defendernos de nosotros mismos? ¿Podremos darnos esa oportunidad de ayudarnos?

Decir algo es mejor que pretender que no existió. La historia de nuestro país... continuará.