martes, 15 de septiembre de 2009

MICHAEL JORDAN INMORTALIZADO


Así es. Ya está en el salón de la fama del basquetbol. Su majestad Michael Jordan vuela con los gigantes del deporte, sólo detrás de Babe Ruth y Mohamed Alí. Según Sports Illustrated, Jordan es el tercer deportista del siglo XX. El mejor del baloncesto, definitivamente, aunque él lo niegue pero revisemos cándidamente la historia. Jordan, les ganó a todos, con expeción de Will Chamberlain, quien ha sido la mayor superestrella de la antigua liga de baloncesto en los años 60's, Jordan es el que lo logró todo. Le ganó a Patrick Ewing, John Stockton, Sam Perkins, antiguo compañero en North Carolina, Shawn Kemp, Karl Malone, sigo?... Clyde Drexler, Hakeem Olajuwon, Charles Barkley, Isaiah Thomas, David Robinson, Shaq, Kobe Bryant y a leyendas mounstruosas de los 80's como Magic Johnson y Larry Bird; sin dudarlo la mejor generación de basquetbolistas que ha tenido Estados Unidos.

Ver a Jordan jugar era contemplar que todo era posible. Electrizantes eran aquellas presentaciones en el Chicago Stadium. Se apagaban las luces y empezaba la intro de Eye in the Sky de Alan Parsons y el locutor gritaba emocionado: And now the starting line up for your Chicago Bulls. Bill Cartwright, John Paxon, Horace Grant, Scottie Pipen y el base Michael Jordan. La piel se erizaba. Cuando le ganaron a los Lakers en el 90-91 Jordan abrazaba el trofeo en profundo estado de shock, le había ganado al equipo de los 80's y a uno de sus héroes: el Magic. Para el 91-92 la víctima fue Drexler y los Blazzers de Portland que no opusieron mayor resistencia. Para el 92-93 los soles de Charles Barkley sucumbieron. El abrazo de esos gigantes ha sido de los momentos más conmovedores de la serie. Con los tres campeonatos seguidos los Bulls igualarían a los Celtics de los 60's, con tres campeonatos seguidos. Jordan era un jugador definidor de juegos. Los tiempos muertos de 1 minuto a 5 o 6 segundos que terminara el partido, siempre la orden de Phil Jackson era incuestionable buscar una jugada para que Michael hiciera el último tiro. "Just give the ball", decía Jordan. El mundo se detenía, nunca 4 segundos o menos podían durar 5 ó 6 años. Todo iba con una lentitud agonizante. Sudor, nervios, ansiedad, desesperación, esperanza, certeza. Marv Albert era el locutor de NBC y narraba esos últimos instantes del partido. Michael shoots and YEEEESSSS, the Bulls did it, they win again. Michael does it again. Todos estallabamos en brincos, gritos. Jordan solo amartillaba el puño en total rigidez en señal de misión cumplida. Con las clavadas o dunks, era increíble ver como se elevaba y se mantenía en el aire. Le daba tiempo de cualquier cosa pero sobre todo para sacar la lengua. Nadie, con tanta libertad en el aire, nos hacía creer que todo era posible. Las fintas y el tiro final, sin palabras; un milagro no existe otra definición.

Su primer retiro ante la depresión causada por el asesinato su papá fue algo inexplicable pero se entendía.¿ qué hubiera pasado en esos dos años perdidos?. Los Rockets de Houston hicieron suyos esos trofeos para nunca más volver a ganar. MJ regresaba en el 95-96 a media temporada. Grant ya no estaba, ni Paxon quien se le recuerda por el tiro final del último juego contra los Lakers, Cartwright se retiró. Pero habían sido contratados, Ron Harper, Steve Kerr, Luc Longley y Bill Wennington. Jordan estaba fuera de forma y de número. Sustituyó el 23 por el 45. Los Hornets los eliminaría. Pero para el 95-96 era un super equipo. Rompieron el record de más partidos ganados en una temporada 72-10. Les ganaron al equipo más explosivo de la NBA, los Supersónicos de Seattle de Gary Peyton y Shwn Kemp. Ese equipo de los Bulls está considerado dentro de los 10 mejores equipo en la historia de la NBA.

Para el 96-97 llega Dennis Rodman quien ya había sido campeón con los Pistones de Detroit en 1989 uno de los equipos más violentos y talentosos de la NBA por aquellos años, les decían los Bad Boys y eran liderado por el coach genio Chuck Daly. Sí, aquellos Pistones de Isaiah Thomas, Joe Dummars y Bill Lambeer. Rodman se fue a los Spurs y su conducta se hizo insoportable. Era por aquellos años el máximo reboteador de la liga. Sólo Jordan pudo domarlo. Las temporadas 96-97 y 97-98 las enfrentaron a los Jazz de Utah. Jordan realizó el último tiro del segundo título. La destrucción de los Bulls en esa última temporada fue desastroza. Jordan anunció su retiro definitivo, Pippen se fue a los Rockets, Phil Jackson renunció. Al parecer un equipo ganador y sobre todo los Bulls generaban pérdidas a los dueños por los estratosféricos sueldos de la plantilla. Jordan regresó a los 2 o 3 años a los Wizards de Toronto pero no fue lo mismo.

La semana pasada fue ingresado al Salón de la Fama del basquetbol. Su discurso fue emocional y muy conmovedor. La magia de Jordan supera cualquier libro de motivación. El poder de hacer sobre la palabra donde habitan la fe y milagro. Los que fuimos fanáticos durante su reinado no se nos olvidaban sus canastas y pases fantasías. El genio trabajando cada rebote y creando una leyenda en cada enceste. Enorme Jordan. El más grande. Sí. El más grande.









1 comentario:

David Lepe dijo...

Este señor fue un gran show en mis días. Salud por él.