Día de celebración fue aquel 1 de noviembre de 1990. Con poco donde refugiarse. Un día diferente con alguien que venía. Sin saberlo, la descubrí. Todo planeado, nada al azar, yo solo me tenía que dejar llevar. Su llamada prendió todos mis miedos y mis anhelos. "Llego y salimos a dar una vuelta en bicicleta", me dice, su voz una caricia. Ese día, amanecí vestido para ella. Llegó hermosa como si el Dios del frío supiera mis gustos. Tocó el timbre y mi corazón abrío todas sus puertas. Ella con una licra negra un sueter negro, su pelo rubio, suelto y enredado, ojos verdes encendidos y sus labios más rosados que nunca. Yo, pálido saqué mi bicicleta y como idiota sonreí. Ella también sonrió. Hola y el beso de saludo junto con su perfume, me derritió. Era la primera vez que tocaba mi puerta, mi timbre y alma.
Vámonos...
Nuestras bicicletas recorrían la colonia, el tiempo fue infinito. Aire sin frío, solos en nuestra propia burbuja. En una calle recta la revisé lentamente. Yo me paseaba de lado derecho hacia delante, izquierdo y por atrás, revisando sus formas, sus piernas; sus piernas... las recorrí centímetro a centímetro. Su pelo en cada ondulación me encantaba. Sus ojos verdes esmeralda me miraban. Atrás iba y con la ayuda de una subida, ella se levantó y pedaleó con fuerza para invitarme. La licra, el esfuerzo y su redondez... Me vió, nos reímos. Estás bien? me dice. Me puse a su par. Mi sonrisa se borró y la mirada del deseo de un beso ocupó mi mente. Nos tomamos de la mano en la calle. Sólo éramos los dos.
En la parte más alta del parque, dirígiamos a la ciudad. Ella puso su bicicleta delante de mí y recostó su cabeza en mi pecho. La abracé para darle calor. Ella puso sus manos encima de los míos y tembló. El perfume de su shampoo entró como un elixir de salvación en mi nariz; me ganó en cada una de sus respiraciones, se volteó y sus ojos brillaron con intensidad estelar, separó sus labios y vino el beso de noviembre. Intenso, suave, inocente y exquisito. Rodeó sus brazos en mi espalda y la recorrió de arriba abajo. Nos vimos, sus ojos a punto de lágrima, igual que los míos. Puso su frente a la par de mi nuca y me abrazó lo más fuerte que pudo. Su perfume, eso es lo que más recuerdo. Nunca le había dado tanta seguridad a alguien con ese abrazo, nunca supe lo que significó ese abrazo para ella.
Tengo que irme... saldré con mis papás, diciéndomelo al corazón, mientras sus dedos recorrían mi pecho. Levantó esos intensos ojos verdes... Te veo más tarde. Se alejó, me vió de lejos. Entró, dejó su bicicleta y me tiró un beso. Regresé a casa y me acosté aún oliendo su perfume y el olor de su cuello y su piel.
12 comentarios:
Ay, ay, ay... los recuerdos que trae noviembre...
Y............. ¿qué más?
Ujujuy!!! qué emoción.
Hya jovenón, hoy si que noviembre lo inspira a uno no???, pero ese su relatín si que está intenso...
Pato: ya va el shucón...
lo vi todo como escena de lica, hasta la musiquita y las tomas me imaginé...
ese tu lado no te lo había leído patojón.
me llegó la frase:
...y vino el beso de noviembre. Intenso, suave, inocente y exquisito.
si... y que mas????
Que hermoso!
Ud. menciono algo que me gustaria que me explicara si pudiera escribio: "me gano" Que pasa por la cabeza de un hombre cuando dice eso???
Saludos, que hermoso beso.
Wendolyn: Mi niña. Solo recuerdos es uno. Esta vivencia sucedió un 1 de noviembre de 1990.
Luis Ro: Lo siento amigo... nada más.
Seletenango: Qué bueno que te gustó. Fue una viviencia muy bonita que aún guardo aunque solo yo la recuerde.
El Verde: Como dice Wendy: Yo tengo mi dulzura y mi sentimientos que son como el oro.
Abril: Gracias por tu visita, chequearé tu blog también. Había visto tus comentario en otros lados pero nunca había tenido el valor.
"Me ganó"... es un sentimiento de conquista. Son esas cosas o detalles de alguien por los que uno cae. Ver dormir a alguien, verla respirar, sentir su repiración, su olor, al abrazarla sentí una ternura infinita y muy intensa y creo que fui prisionero del momento. en pocas palabras Me colgué allí mismo. Es la mejor manera de describirlo. Al sentir ese surgen esos besos como el descrito. Tiernos e intensos, de los que no se fingen jamás. Sentimiento puro.
Saludos y un abrazo.
oooooh que ternura, que linda explicacion...
Gracias!! ;-)
Pinche Allan!
Como diría el difunto Abdón Rodríguez Zea: "Pero qué lindo!". Ah, el amor con frío es un buen remedio.
la mirada del deseo de un beso ocupó tu mente, tu pequeno cuerpecito en aquel entonces cuando la pureza de un abrazo eran suficientes...
Que hermosa narrativa asi me gusta que escribas mas tu, mas dulce! felicidades!
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