jueves, 19 de marzo de 2009

A SANARATE: BUSCANDO A MI PAPA III PARTE


Primera Parte y Segunda Parte
Lunes a las 7 hice mi debut como el tercer hijo de mi padre. “Es otro niño”, dijo con decepción el ginecólogo. Já dígamelo con alegría Doctor, -le reclamó mi mamá-. ¡Es otro niño! dijo feliz y aliviada.

Regresé de ese momento como un trueno luego del gran ronquido que dejó escapar mi papá. Se escuchaba en toda la casa, produciendo unos ecos guturales como si un león estuviera encerrado en uno de los cuartos vacíos de aquella gran casa. Me levanté y fui a ver la televisión. Quería ver caricaturas así que fui a rotar la antena aérea para captar los canales salvadoreños. Era medio día y supuse que Heathcliff estaba empezando.

Siempre me dieron miedo los borrachos. Esa tambaleante improvisación de movimientos que se activan en un momento de discordancia mental y vocal junto con una expulsión de fluidos incontrolables, provocan en mi cierta decepción y terror inexplicable. Puede ser porque la combinación de todo eso haga que una mano se cierre y se estrelle con la fuerza de una bomba atómica en la cara del borrachín y después broten millones de híbridos sentimentales encerrados en un ying yang de culpa. Eso es imposible de tragar. El remordimiento es peor. Su enfermedad, su culpa; mi culpa, mi falta de compasión.

Pasé dos horas mirando la televisión cuando mi padre despertó desubicado y parpadeando 2 ó 3 veces por minuto. No daba ni comprendía cómo había llegado allí. Tosía como un enfermo de cáncer en los pulmones. Solo con oírlo daba asco. Se quedó sentado… ido. Apagué la televisión y me quedé sentado allí por largo tiempo. Recordé muchas cosas que había dicho mi madre cuando mi papá era uno de los más brillantes doctores de su promoción.

Ese Fito es una bestia. Nunca tuvo visión. A mí nunca me valoró. Podés creer Allan, -me decía- que tu papá pudo ser diputado del Progreso y no quiso por la chupadera. Toda la gente del partido le rogaba que los representara. Acepte doctor va a ganar hombre, ya lo conocen en El Progreso. Todos saben lo que ha hecho en Sanarate y el centro de salud. Y el burro no quiso, decía: No es que la política me va a corromper, yo con ser jefe del centro estoy tranquilo. Y fijate -agarrándose los pelos-, solo cobraba 3 quetzales por consulta. Va… después le ofrecieron ser accionista y socio fundador del hospital Herrera Yerandi. Imaginate, dónde estuviera ahorita y dónde estuviéramos nosotros.
Pero todo por que era un borracho el maldito. Ah es que es una mierda el bolo cerote este. No hay peor maldición de una mujer que huir de su casa para casarse con un alcohólico.

¿Dónde estuviera yo?, me decía. Es probable que fuera doctor. Me hubiera casado hace tiempo. Mis hermanos y yo estaríamos en la junta directiva del hospital. Seríamos influyentes y nunca, jamás nos convertiríamos en mendigos del IGSS. ¿Quién sabe?.
Este blog no existiría y tendría otros amigos. ¿Quién sería Allan Martínez? Ojalá que en ese universo paralelo las cosas sean mejor. Espero... Continuará.

5 comentarios:

Gabriel Arana Fuentes dijo...

cuidado con los hubiera... q no te atormenten. Interesante estas historias

Abril dijo...

mmmmmmmm, no tu los hubiera.... no... mejor pongamosle ganas al presente. PEro seguinos contando.

Allan Martínez dijo...

Tranquilos es un relato. Claro que seguimos contando patojos. Si el chiste aquí es el masoquismo y la catársis. No se me estresen ni se preocupen.

Seletenango dijo...

hay vos...suele suceder!

Issa dijo...

El universo lo elige y construye uno mismo depende de tu vision...Que seria el mundo sin Allan Martinez y sus historias??? sos lindo amigo, asi que si existis y paraste en este planeta es mejor vivir con una sonrisa!