lunes, 20 de octubre de 2008

Frente al féretro de Arbenz


En 1995, un 19 de octubre, dice internet, regresaron los restos de Jacobo Arbenz Guzmán al país procedentes de El Salvador. Muy poco o nada se sabía de Arbenz entre nuestra generación. Era meramente un nombre dentro de una larga lista de golpistas que han gobernado Guatemala. La llegada de sus restos provocaría una ola de información por parte de todos los medios de comunicación. En el colegio era un sacrilegio hablar de Arbenz. Su enseñanza era casi un pecado ya que fomentaba el comunismo entre nuestro incipiente pensamiento. También lo mencionan en la película de JFK de Oliver Stone que yo había visto unos años antes de su regreso. El jefe de operaciones negras interpretado por Donald Sutherland describe como fueron los derrocamientos de gobernantes que realizó su unidad de inteligencia en Francia, Filipinas, Irán y Guatemala. En 1994, Siglo XXI había sacado un reportaje sobre los jóvenes en cuestiones políticas en donde reflejaba con exactitud la ignorancia infame de nuestra generación X. Ese reportaje sirvió para que algunos licenciados nos dijeran pocas palabras lo idiotas que éramos y nos culparan, algunos, de la situación del país; todavía creo yo.

Con la llegada de los restos de Arbenz logré leerme muchos reportajes sobre el escenario de la época. Unos días antes, Teleprensa puso la grabación del discurso de renuncia que fue grabado por TGW en junio de 1954. El Coronel renunciaba y su voz quebrada se escapaba en señal de indignación. Nunca escuché tantos corazones romperse y reabrir sus grietas al mismo tiempo. Noti7 pasaba las pocas imágenes que tenía de la revolución del 44 a cuenta gotas y mi impresión de Arbenz, Arévalo, Toriello y todos aquellos ciudadanos valerosos fue, acaso, mesiánica. Por qué -preguntaba- la sociedad de aquellos tiempos no defendió esa revolución. Las respuestas fueron tantas como la división que existe ahora entre la sociedad. Ver el documental de "Los diablos no sueñan" y "Testamento" alentaron más mi decepción.

Unos 24 años después sería asesinado Oliverio Castañeda y muchos otros estudiantes visionarios que hubieran cambiado el rumbo de nuestro país. Recientemente, estuve en la cena de una prima. Ella está casada con un militar. Como era de esperarse él invitó a sus amigos coroneles, todos ellos, y la conversación giró en torno de la guerrilla. Lo que me impactó más, fue que justificaron cada muerte (240 mil) entre campesinos, estudiantes, sindicalistas y un largo etcétera, por la liberación de nuestro país en contra de la guerrilla y la defensa de la sociedad y sus élites.

Escuchar "La historia de la Revolución del 44 y sus 10 años de primavera" es desolador. La sociedad sufrió mucho. La pérdida de sus hijos, generaciones que se culpan unas a otras, envidia de clases, racismo, machismo, feminismo, las y los; los guatemaltecos somos una olla de cangrejos. La masa prohíbe que alguien tenga éxito, se es un traidor. No se puede estudiar en otra universidad que no sea la San Carlos porque sino sos burgués o capitalista y estás en contra del pueblo. Se condena la inteligencia y se condena la estupidez lo que fomenta más ignorancia. Todos tenemos que estar bien pizados, todos, siempre, siempre, siempre.
Generaciones se volvieron frustradas. Sectores del país fueron marginados. El sueño destruyó familias. Humillaciones con dedo intimidante a los hijos. Ahora, el sentido humano como tal está a punto de desaparecer con el viento.

Salí de la Tipografía Nacional, porque recibía un curso de locución en la TGW. La séptima avenida estaba cerrada para que pasaran los restos de Arbenz en una carroza. Yo estaba muy decepcionado de esta sociedad, de la universidad, de los idiotas que tenía como compañeros de clase en el 94, de que me señalaran que tenía la culpa de todo, de estudiar en la Landívar porque no estudiaba en la San Carlos, de ser un ignorante. Se carga demasiado a los 19 años. Esta sociedad es muy rencorosa y ya estamos acariciando el nivel ODIO.

Todos gritaban "Arbenz el líder de la revolución" "Viva la Revolución del 44" y demás hurras por el coronel. Verlo salir desnudo del país es suficiente para odiar a una sociedad ingrata y maldita que merece estar así -grité a mis adentros-. El caballo galopaba imponente. El féretro pasó frente a mí y también una alegría y esperanza momentánea que duró mientras pasaba la caja tapada por una bandera. Escupí al suelo como maldiciendo a la sociedad que no tuvo el valor suficiente de defender sus creencias y de la impotencia del ahora, fue un hasta aquí. Me convertí en un desencantado y en sociedad. Todo eso recordé en ese momento. Me fui a mi casa poniendo más atención a mis zapatos.

Con el tiempo y en una clase de universidad, un licenciado que nos daba clases de política de Guatemala, nos relató cómo fueron esos años de aquella juventud. Al fin pude sentir consuelo. Ellos mismos habían sentido lo mismo que yo. "Y lo peor", dijo, "les echamos la culpa a ustedes, perdónenos mucha"... Todavía hay esperanza, pensé.


4 comentarios:

David Lepe dijo...

Aprendimos mucho en esa clase, verdad mano. Se me olvidó el nombre del lic, pero mucho de lo que nos enseñó todavía lo cargo, bien fresco.

Juan Carlos Lemus juancarloslemus3000@gmail.com dijo...

saludos, maese Allán
se cagaron en el país. Y pidieron perdón mcuhos años después.
lo cierto es que con que nos pidan perdón, los gringos, no ganamos nada.
pero ese periodo fue, sin lugar a dudas, algo lleno de gloria y truncado por unos cuantos estúpidos.
te saludo en el mes de la revolución
y que siga la chingadera, maestro, buena onda por tu blog, aquí te estaré visitando.

Alexxx dijo...

recuerdo el dia cuando escuche la noticia de los restos de arbenz, estaba haciendo practicas, estaba por graduarme del colegio, y recuerdo que la opinion que tenia de jacobo arbenz era que fue un comunista, una imagen una no muy buena imagen. Que equivocado estaba, en ese entonces no conocia nada bien de la historia de guatemala, lo que le ensenan a uno es erroneo y equivoco, es cuando entra a la U que se resuelven muchas dudas y vienen los conocimientos.

Allan Martínez dijo...

El Aguafiestas: Lic Marroquín. No recuerdo su nombre pero esa línea que nos tiró la recuerdo mucho. Sobre todo cuando este país la necesita demasiado.

Juan Carlos Lemus: Gracias por la visita y por los conceptos Maestro Lemus. Saludos.

Alexxx: Son los vicios que viene arrastrando nuestro sistema de educación que prefiera ignorar todo. Se debe luchar porque las próximas generaciones conozcan esta parte de nuestra historia y que todos formemos parte de ese cambio tan necesario. Empecemos por perdonarnos primero y vamos para adelante.