
Sufrida la clasificación de Argentina al mundial. El gol de Palermo en los últimos suspiros del partido el sábado pasado, abrió la puerta para que otro gol de milagro de Ballotelli en el estadio Centenario el miércoles en Uruguay, sellara el pase. Se le van a uno las ganas de celebrar. La ansiedad se come la felicidad. Por lo menos a mí, me dejó exhausto. Ni ganas de escribir la crónica me dieron. Y ¿qué iba a poner? "Gooool de Argentina al fin, nos vamos al mundial joder". Y ya. No me dio la cabeza para más. Y en estos momentos también. Estoy exhausto mucho sufrimiento pero así es el fútbol. Estoy en estado de agotamiento.
Me preocupa Mar

Si Martín Palermo lavó sus pecados con ese gol, Cuatemoc Blanco de la selección mexicana, puso a México en las alturas igual que Carlos Pavón en Honduras después de fallar un penal y un cabezazo en los minutos finales frente a Estados Unidos, pero todo fue perdonado con el gol de la clasificación frente a los "cheros".
En Honduras se vive fiesta con la clasificación de los catrachos al mundial. Se les olvidó lo de Zelaya. A veces el fútbol es algo más que una cortina de humo. A veces, clasificar al mundial nos pone la venda de que somos el mejor país del mundo. Al llegar allí nos perdemos y vemos el fútbol como la salida de nuestras penas. Nosotros chapines, como siempre, gozaremos de nuestra cerveza, boquitas, caravanas para celebrar el triunfo de Brasil, o alguna otra nación de nuestra simpatía, y calentaremos con toda propiedad, nuestro sofá y televisión, y siempre con aquella ilusión de ir a hacer el ridículo a un mundial.
1 comentario:
Grandes reflexiones, Allan. Yo del futbol entiendo poco, pero sé que el engace nos lleva a esa cortina de humo. Somos malos para jugarnos la pelota ¿?, pero no como espectadores, allí somos grandes. Mano, ¿ya vio Rudo y Cursi? Es obligatorio.
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