jueves, 3 de marzo de 2011

MISCELÁNEA CINÉFILA EXISTENCIAL: LADOS B



De las películas oscarizadas que vi creo que la que me pegó como mazo de cavernícola fue 127 horas. Claustrofóbica, difícil e incómoda. No apta para optimistas solapados, gente que dan consejos facilones de: ten paciencia. La película te pone en una situación en la que no hay escape de situaciones sumamente jodidas. Estás sumido en el problema y no hay nadie que te escucha aunque grités hasta romperte la garganta en medio de la nada. Estos sufrimientos no son para nada especiales. Que se tiene que pasar solo, sí y nadie más que uno. ¿Que si te puedo acompañar?, No esto lo tengo que atravesarlo y solo estarás conmigo si tu recuerdo es lo suficientemente fuerte como para encontrar consuelo.

Pero no solamente la mano puede quedar amputada, también puede ser la pierna, el corazón, o algun otro órgano importante. La agonía tarda horas, meses o años. Y lo que intenta Ralston de entretenerse, hacer un show con su cámara y poner al mal tiempo buena cara sirve como paliativo que al momento se olvida. No hay escapatoria. Y son cosas que suceden; la vida es juguetona en ese sentido. No hay explicación, es una etapa que en el mejor de los casos se madura en vez de maldecir a todos. Como dice Ralston en el momento más crítico: "No debo perder la razón". La mayoría huye pero cuando no se tiene a dónde huír; la cosa siempre, siempre se pone peor. Fue tan dura la película que cuando terminó le dí gracias a Dios.

Hereafter

Clint Eastwood lo hace de nuevo. Una película que pasó desapercibida pero que toca el tema de la muerte de una forma normal. No emite juicio y te deja en qué pensar. Personalmente creo que su visión hacia la muerte es con una sonrisa y casi un cortejo. La historia tengo que decirlo me atrapó. Sobre un psíquico que tiene comunicación con los muertos para darles mensajes a los vivos. Conoce el pasado de las personas solo con tocarles las manos para darle el toque dramático al asunto. No es como el psíquico John Edwards que solo ve a la persona y le dice todo su pasado y les dice su futuro.

Hay gente que le da miedo saber mucho del futuro o que les descubran su pasado. Se preocupan mucho por la imagen que proyectan de perfección e idealismo y que cuando otra persona se entera que no lo son los hace miserables. Nadie les ha dicho que sólo somos humanos. Saber sobre el futuro le quita -dicen- la magia a la vida además que les da mucho miedo la muerte. No estoy diciendo que me gustaría saber la fecha de mi muerte creo que es muy sabio no saber, pero con sitios de internet que le calculan la fecha de fallecimiento y con un reloj en cuenta regresiva a manera de chiste, da cierto morbo. Hay que aprovechar la vida y cada segundo ¿no? Como sea, he sabido de casos de gente que tiene la habilidad de Medium que la reniegan y la ven como una maldición. Algunos piensan que este tipo de personas faltan el respeto a su llamado. Hay mediums que se vuelven millonarios. Es como desenredar una tela de araña.

The Rite

Una de las películas sobre exorcismo que me han parecido fascinante es "El exorcismo de Emily Rose"; es la versión romántica del tema. El fracaso fue la evidencia más contundente de la constante lucha entre el bien y el mal y la existencia de ambos. El rito está basada en una experiencia real y toca el tema del exorcismo de forma somera. Pareciera que los demonios que poseen a las personas son tontos e inmaduros. Ahora bien, de las posesiones demoniacas que he visto y digo, en Youtube, o el audio de la verdadera Emily Rose, Annaelise Michel, o incluso en otras películas, The Rite se me hizo muy Hollywood. Emily Rose también, pero se apega más a los hechos. En la caricatura de Spwan hay unos mercenarios benditos que matan demonios o engendros. A veces fantaseo con ser de esos porque usan armas y toda la indumentaria.

Puro Mula

Tuve la oportunidad de verla el domingo pasado. La gente se divertía y se retorcía de la risa. Eso me alegró. La mayoría de mis amigos les encantó y cuando la vieron en la premier en el cine Lux en noviembre se la disfrutaron. Por mi parte, creo que le faltó más humor. Valoré, eso sí, la crítica social de la película a la clase media. Toda esa gente retratada en la película vive aquí en mi colonia. Tanto las puteadas de la película como las que oía que les daban a los incorregibles estos me parecieron aburridas, tediosas y muy reales. La violencia de la clase media es de las más cáusticas y eso pasa en todo el mundo. En Guatemala hacen lo imposible por desaparecerla, la vuelven más ignorante y los que huyen del canasto de cangrejos no los vuelves a ver. Por ese lado la película está muy bien lograda.

El diálogo final entre Joel y su papá me pareció una escena emblemática del cine nacional. Muchas pausas, verdad a martillazo en la cara. Me recordó, salvando las distancias pero con la misma tónica El Padrino cuando Vito le habla a Michael en el patio de su casa. Ese nivel de intimidad. Cuando Joel le pregunta a su papá si no le importaba ser una carga para él y su papá le responde que no, tuve un flashback cuando mi papá me dijo que no le importaba que fuera a estudiar a la universidad porque sabía que de todas formas sería un vago. Te rompe el corazón ese pesimismo. Al final y al menos en mi vida, le estoy demostrando que está equivocado. No deja uno de esperar que Joel, algún día encuentre su camino. Aunque la realidad por lo menos en esta colonia que habito, 2 de cada 10 se convirtieron en profesionales.

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