miércoles, 20 de abril de 2011

HALA MADRID EL REGRESO DEL CAMPEÓN


La victoria te rompe. El futuro se ve como una estrella. No hay tanta alegría como se piensa esa viene con el tiempo. Las lágrimas de sacrificio salen sin mayor esfuerzo, el cuerpo estalla por la euforia, gritas hasta que te duele la garganta, la piel se desgarra al nuevo cambio; el pasado te lo perdona; no hay duda, te rompe. La derrota también, si de algo te sirve, perder es saborear y valorar esa bien merecida explosión humana. Se valen las lágrimas todas se valen cada una es la que es. Sólo el fútbol puede causar esto.

El planeta se detuvo casi 3 horas. Un clásico baja la rotación a segunda velocidad. Esta final bajo a primera y ni se diga de ambos duelos de la champions que se vienen en las próximas dos semanas. El mundo contento, estará estacionado. Si algo tienen estos clásicos, que por cierto habrá un quinto, es que el mundo se divide en dos bandos. Barsa-Madrid.

La final de la Copa del Rey fue la continuación de una novela de cinco capítulos que el primero dejó el apetito abierto. Fue un empate de pulso. Pero hoy, el Madrid ganó el pulso y es campeón.

El Pulpo Iker sentenció, después de 10 minutos, que el Madrid se convertiría en el nuevo Monarca. Con Özil como titular Mou sentenciaba, el Madrid o gana o gana. El pulso entre los archienemigos fue durísimo, tanto que hasta el minuto 30 Cristiano disparó con un pase del alemán. Y es que el Madrid no jugó a no dejar jugar; ese mito se borró hoy. Di Stefano, el gran señor del otrora gigante Madrid desplumó a Mou sin piedad al afirmar que lo que Mou hace no es fútbol. Digamos que son otros tiempos y la estrategia, esquemas y jugadas son parte del pan de cada día y el toque que es otra forma de jugar efectivísima que juega el Barsa (ganó 6 títulos en un año, indiscutible) también funciona.

Pero hoy, este madrid buscó el mordisco, la patada, la euforia, el pase, el desbarate de cualquier jugada para contragolpear, en el fútbol todo se vale y es mejor que nos acostumbremos a esa idea desde hoy.

Regresando al cotejo Ózil fue el motor y se echó el equipo a los hombros, le dio un pase a Cristiano y pocos minutos despuès hizo un pase perla para Pepe que la estrelló en el travesaño izquierdo. Al Barsa le pareció esa guasa como un síntoma extraño. ¿Juega el Madrid? ¿Hoy sí vino a jugar?. Bueno. Nosotros apostamos a lo individual. Mou, reció él como siempre, apostó por su equipo. A la mano al hombro, a la solidaridad. Había un duelo de sietes en el juego Cristiano-Villa, ninguno amaneció atinado, mucho menos fino. Al terminar el primer tiempo el duelo apretado y feroz el Barsa salió tranquilo, diciéndose: "ya saldrá".

El Madrid se crecía. Maniató al Barsa a una mano de remates. Si se pudo hacer en un tiempo se puede el segundo. Villa y Pedro seguían perdidos en el campo. Xavi hizo un remate para afuera; Messi, un minuto después a las gradas. Se anuló el gol de Pedro por fuera de lugar, marcado quirúrgicamente por el línea. Mou hace el primer cambio y el moreno Adebayor entró por el Mago de Oz (Özil) y fue a partir de aquí que los azulgranas encontraron su estilo de juego tan familiar como un abrazo navideño. Messi hizo un tiro a ras de suelo que Iker quitó como santo. Y luego Pedro, minuto después, remató al ángulo y nuevamente Casillas le plantó las huellas dactilares para desviarla. Iniesta tambiénretó al Santo Casillas le sirvió para limarse las uñas y desviar el balón. Y eso fue todo el Barcelona. Terminó el partido y la emoción estaba a tope. Un gran clásico sin duda. Todos se juegan como finales este fue ejemplar.

Di María hizo un trabajo soberbio, al salir Özil, él fue el motor y cerebro. Fue así que inició el primer tiempo extra. Cristiano la tuvo con tiro que se fue desviado por centímetros del poste derecho. De pronto Marcelo que no subió en todo el partido aprovechó que Busquets fue a ver si había llegado ya el que trae las aguas, y logró conectar con Di María. El argentino hizo un centro ave maría y encontró a Cristiano que logró un cabezazo de copa, un cabezazo de rey. Terminó el primer tiempo y el Barsa seguía intentando sin lograr nada. Se les veía en la cara la decepción y desesperación. El Madrid -mascullaba -¿Cómo? pero si les habíamos metido 5 en casa y no gananban nada en 2 años y medio. Casi al filo del juego se cumplió lo de siempre y El Madrid terminó con 10 con la expulsión de Di María, el mejor jugador merengue. Dos minutos más finalizaba el partido. El Madrid Campeón Monarca. El Barsa incrédulo.

Casillas con la bandera de España llamaba a la unidad del país ibérico. Campeones campeones oe oe oeo. La Diosa Cibeles dicen, lloró y hasta ahorita está inconsolable. El pulpo Iker tenía razón.

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